Lo sabrán nuestros hijos también… (menos mal)
Por Kena Lorenzini / Fotógrafa-Psicóloga
Semanas dolorosas y dinámicas para quienes no solemos decir “me da lo mismo quien gobierne porque yo tengo que trabajar igual”.
Debatimos hasta el hartazgo el tema del indulto propuesto por la iglesia católica chilena. Indulto que incluía también a quienes cometieron actos, con/sin uniforme, tipificados en consenso internacional como crímenes de lesa humanidad. Hay que recordar que esta es una iglesia/jerarquía que no es la misma de los tiempos de la dictadura la que en aquel entonces, fue enérgica respecto de la defensa a las violaciones de ciertos derechos humanos. Digo “ciertos” porque las mujeres sabemos muy bien que antes y ahora, con o sin dictadura, la iglesia católica no ha respetado nuestros derechos humanos. (materia de otro análisis).
La iglesia católica propuso este “modelo” de indulto, pero de soslayo enunciaba que debían respetarse los tratados internacionales…and then estábamos frente a un contrasentido, porque si acataban lo tratados no había indulto para violadores de derechos humanos y punto. Pero aun así siguió la polémica, hasta que Piñera le puso fin dejando excluidos del indulto a aquellos condenados que estaban en la disputa, ubicándolos en un listado en que además estaban entre otros: terroristas (¿hay?), narcotraficantes, homicidas, violadores y pederastas (iglesia tiembla).
Me pregunté y pregunto, por qué todo Chile político estaba tan aterrado, ¿es que acaso lo que dice la iglesia católica tiene carácter “vinculante” (obligatorio) para este Estado laico, como sí con certeza lo tienen los tratados internacionales que Chile ha suscrito?. No deja de sorprender que todxs lxs políticos estaban al borde de un ataque de nervios frente a la palabra de dios en la tierra chilena, mientras vemos que en otros países los curitas deben salir a marchar igual que la sociedad civil, para que se les escuche. En Chile no, aquí la iglesia católica llama a las “autoridades políticas” a su catedral y les traza líneas. Cabreante.
Yo no me compro que la iglesia católica hizo esto del indulto para tapar los karadima/dura, no, yo creo que lo hace porque sencillamente sabe que su power se esta diluyendo, que se esta avanzando en reconocer por parte de lxs ciudadanxs el sentido laico de este Estado…nada más esta ver cómo la sociedad aprueba que no sólo estén ellos en La Moneda con sus ceremonias sino también otros cultos (aunque por qué tendrían que haber cultos en palacio, pero algo es algo). Es la pérdida de potestad. Basta ver como en las redes sociales y en otros medios le dieron como tarro a la ubicación de una virgen en el frontis de una institucionalidad del Estado (aunque pocos cuestionan que para el 18 todo el Estado corra al Tedeum). Es la pérdida del poder cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo esta en la vecindad de al lado, …en fin es la merma.
Sin perderme, dolida, enrabiada con una iglesia católica que nos ha hostigado a las mujeres durante 2010 años, me contento de que al menos el ejecutivo se vió obligado a asumir (aunque lo esconda tras su doctrina de “lucha frontal contra la delincuencia” ) que somos un país con memoria, que es mejor respetar. Y, tal vez, sólo tal vez que atisbó que somos un Estado laico.
Debatimos hasta el hartazgo el tema del indulto propuesto por la iglesia católica chilena. Indulto que incluía también a quienes cometieron actos, con/sin uniforme, tipificados en consenso internacional como crímenes de lesa humanidad. Hay que recordar que esta es una iglesia/jerarquía que no es la misma de los tiempos de la dictadura la que en aquel entonces, fue enérgica respecto de la defensa a las violaciones de ciertos derechos humanos. Digo “ciertos” porque las mujeres sabemos muy bien que antes y ahora, con o sin dictadura, la iglesia católica no ha respetado nuestros derechos humanos. (materia de otro análisis).
La iglesia católica propuso este “modelo” de indulto, pero de soslayo enunciaba que debían respetarse los tratados internacionales…and then estábamos frente a un contrasentido, porque si acataban lo tratados no había indulto para violadores de derechos humanos y punto. Pero aun así siguió la polémica, hasta que Piñera le puso fin dejando excluidos del indulto a aquellos condenados que estaban en la disputa, ubicándolos en un listado en que además estaban entre otros: terroristas (¿hay?), narcotraficantes, homicidas, violadores y pederastas (iglesia tiembla).
Me pregunté y pregunto, por qué todo Chile político estaba tan aterrado, ¿es que acaso lo que dice la iglesia católica tiene carácter “vinculante” (obligatorio) para este Estado laico, como sí con certeza lo tienen los tratados internacionales que Chile ha suscrito?. No deja de sorprender que todxs lxs políticos estaban al borde de un ataque de nervios frente a la palabra de dios en la tierra chilena, mientras vemos que en otros países los curitas deben salir a marchar igual que la sociedad civil, para que se les escuche. En Chile no, aquí la iglesia católica llama a las “autoridades políticas” a su catedral y les traza líneas. Cabreante.
Yo no me compro que la iglesia católica hizo esto del indulto para tapar los karadima/dura, no, yo creo que lo hace porque sencillamente sabe que su power se esta diluyendo, que se esta avanzando en reconocer por parte de lxs ciudadanxs el sentido laico de este Estado…nada más esta ver cómo la sociedad aprueba que no sólo estén ellos en La Moneda con sus ceremonias sino también otros cultos (aunque por qué tendrían que haber cultos en palacio, pero algo es algo). Es la pérdida de potestad. Basta ver como en las redes sociales y en otros medios le dieron como tarro a la ubicación de una virgen en el frontis de una institucionalidad del Estado (aunque pocos cuestionan que para el 18 todo el Estado corra al Tedeum). Es la pérdida del poder cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo esta en la vecindad de al lado, …en fin es la merma.
Sin perderme, dolida, enrabiada con una iglesia católica que nos ha hostigado a las mujeres durante 2010 años, me contento de que al menos el ejecutivo se vió obligado a asumir (aunque lo esconda tras su doctrina de “lucha frontal contra la delincuencia” ) que somos un país con memoria, que es mejor respetar. Y, tal vez, sólo tal vez que atisbó que somos un Estado laico.
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