lunes, 29 de octubre de 2018

FOTOGRAFÍA
Así era el hogar, lleno de vida y recuerdos, de
ANA GONZALEZ DE RECABARREN
Madre, esposa y suegra de luchadores sociales chilenxs detenidxs desaparecidxs por la dictadura cívico militar chilena: Su esposo, dos de sus hijos, su nuera embarazada.

Ana González de Recabarren muere en Chile en octubre de 2018, nunca dejó de disfrutar la vida, nunca dejó de luchar por los derechos humanos, por la justicia verdad y reparación para todxs.

Su pena, inmensa, la cobijaba dentro de su alma generosa.

(Estas fotografías las tomé con la idea de hacer un reportaje sobre su vida y paralelamente utilizar algunas para la entrevista que le realizó Jessica Lillo para nuestra revista 
LA MANSAGUMAN, revista digital  feminista para locas, santas, putas y brujas.)

NOTA:Hay un anexo al final del reportaje fotográfico




 POR ESTA PUERTA SE LLEVARON A SU ESPOSO  MANUEL RECABARREN, NUNCA MÁS SE ABRIRÍA HASTA QUE REGRESARA




LA FOTOGRAFÍA SE LA HABÍA TOMADO YO PARA MI TRABAJO "MUJERES CHILENAS"






 TUS ANILLOS...TUS COLORES


CON STING


VICTOR JARA

CON HORTENCOIA BUSSI

CON JOAN MANUEL SERRAT



 

CACUMEN
 

CON CLAUDIO BRAVO, PIANISTA
 
 





EL CHÉ, CON MICHELLE BACHELET








 





EL PUCHO QUE DESPUÉS YA NO PRENDÍAS ....
 
 


 



 


 





 ELLA ESTABA MUY AGRADECIDA DE ÉL, LO PERDONÓ





NIETOS

BELLA


LA ENTREVISTA JESSICA LILLO


                     FAMILIA RECABARREN GONZALEZ









 
 
 




REINA GUACHACA

 



                       LA FAMILIA RECABARREN GONZALEZ


ANEXO UNA CARTA que Anita se escribió de parte de su esposo:


LA CARTA SIEMPRE ESPERADA

En el 2006 se cumplían tres décadas de la desaparición forzada de nuestros familiares,  un grupo de de esos años tomó la iniciativa de conmemorar  la fecha con especial dedicación. Entre las iniciativas sugeridas, acordamos escribir una carta en nombre de nuestros familiares. Yo  elegí escribir, en nombre del padre, Manuel Recabarren, detenido el 29-30 de Abril,  junto a sus hijos, Luis Emilio, Manuel Guillermo y Nalvia Rosa.


Querida Ana:

Cuando han pasado 30 años de nuestra desaparición forzada, te escribo. No se donde estoy, ¿estaré en el fondo del mar  o en el fondo de la tierra? , tal vez en algún río, ¿estaré en alguna mina abandonada?. ¡Que tortura, que martirio! No se donde estoy.

Ana, ¿Recuerdas el Cristo crucificado, que manos artesanales tallaron allá en el sur?   Así como a ese hombre nos crucificaron, teniendo en común el mismo delito, haber amado a nuestros pueblos.

El Cristo estaba destinado a nuestra querida amiga evangélica, la señora María, tú te enamoraste de el y me pediste que lo dejara en la casa, ¡Como no hacerlo! como arte de magia “volví a los 17”, cuando dulcemente agradecida me besaste. 

Ana, siénteme cerca de ti, nunca he dejado de estar a tu lado, tú lo sabes muy bien, difícil dejarte sola cuando necesitabas mi presencia. Presiento que hoy más que nunca me has extrañado, el dolor de saber que nuestros amigos de ayer ya no son los mismos, eso ha dejado una huella indeleble en tu corazón, a los dolores sumas dolor.

Los seres humanos somos tan impredecibles, yo también tuve desengaños, pero la firme convicción  de saber que estaba en lo justo, aumentaba en mi8 la magia de seguir adelante. 

Ana, sigue tu camino, haz lo que debes hacer y punto.

Durante nuestras vidas, juntos tuvimos vivencias buenas y malas, algunas color de hormiga. Nada importaba, estábamos juntos y todo podía arreglarse. Siénteme a tu lado Ana, resiste, te lo pido por Ricardo, Vachy, Anita María, Patricia, por nuestros nietos, bisnietos y nuestros posible tataranietos. ¡Tu los verás!

Cuando leas esta carta recordarás, volverás a tu juventud, llorarás, reirás. Durante estos 30 años, de mi ausencia forzada, han llegado a tu vida nuevos y maravillosos amigos, otros no tanto. Te vuelvo a pedir, no te apenes, tú sabes que en alguna etapa de mi vida sufrí lo mismo. Sin embargo, aquí estoy y acudo a todos mis vecinos, a mis compatriotas, a la sociedad toda, les recuerdo que soy solo una fotografía en tu pecho, tampoco una pancarta. Yo, Manuel Recabarren, como ustedes, estoy en la historia de mi familia y de mi país.

Una mujer me parió un 18 de Septiembre, María y Manuel fueron mis padres, tuve siete hermanos, engendré hijos, fui a la escuela, aprendí las primeras letras en el Silabario “El Ojo”, solo llegué hasta “el Pato”, allí me eché porque  la miseria  me obliga a trabajar. Era el número dos de siete hermanos, fui de “los piececitos de niño  azulosos de frío” que, para vergüenza de los poderosos, aún pululan por las calles de la ciudad. Cuando no había luz en nuestra pieza, porque no era casa, se las pedía prestadas a las “animitas” para poder alumbrarnos.

A los 14 años calcé mis primeros zapatos nuevos, de niño pasé hambre, esa hambre que cuando comes el pedazo de pan, te sabe amargo. Luché por el derecho de los trabajadores, marché por el triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, Marché CONTRA LA Invasión a Vietnam. Alcé la paloma de Picasso clamando por la Paz del mundo. Siempre mi voto fue para Salvador Allende.
Siendo niño, salí a la calle, junto a mis padres, para llevar a la presidencia a Don Pedro Aguirre Cerda. Por todo esto, estoy aquí, sin tener el derecho de estar vivo o muerto, “…pero yo estoy aquí, soy como usted…

A ellos, “los valientes soldados”, que fueron capaces de cometer tantos crímenes en nombre de la patria, hoy se les caen los pantalones para confesar sus “heroicas hazañas”, siguen callando, van de herodes a Pilatos, con la complicidad vergonzosa de tantos que buscan miles de triquiñuelas para dejar en la impunidad estos crímenes de lesa humanidad.

Mi querida Ana, como tu dices, “los porfiados hechos”  reafirman las calidad de Caínes y ladrones, “chacales que el chacal rechazaría” ¿qué fue de aquellos “valientes soldados”.

“El amor, el perdón, no consiste en ocultar la verdad “nos dijo Monseñor Jorge Hourton, y agregaba “solo la verdad nos hará libres”. ¡Cuanta razón hay en estas palabras! 
¡Solo la Verdad nos hará libres! Por duras que sean las consecuencias.

El Estado, los Tribunales, las Fuerzas Armadas, la Sociedad, el Silencio, se hace cómplice de tan abominables crímenes.

Al país que olvida a sus mártires, corroe sus raíces, el desierto lo va cubriendo sin valores, sin futuro, sin sueños, y avanza, tanto avanza, que camina por la senda que no llega a ninguna parte, un camino lleno de sombras amenazantes para el futuro de nuevas generaciones.

Querida “Consentida”, desde el fondo de la tierra o desde las profundidades del mar, te extraño. Quería verte y por esa magia de los sueños, viajaste a Quinteros, yo te guié hasta Loncura, la brisa que acariciaba tus mejillas, las envié yo, la sombra dibujada en la arena era yo, tu Manuel, esperándote como entonces, para agradecerte por los felices días que vivimos junto a nuestros niños.
Difícil encontrar cómplices como tú, estoy seguro mi “Consentida”, que aunque nadie más me espere, tú estarás allí, esperándome.

Gracias hijos y nueras, por los nietos y biznietos, en especial a mi nieto Rodrigo, gracias por cuidar a vuestra abuela. Por siempre tuyo.

                                Manuel.



JESSICA LILLO, KENA LORENZINI, ANA GONZÁLEZ



2 comentarios:

Unknown dijo...

Bellas fotos, tristes recuerdos, lindo trabajo Kena...te felicito!!!!

Unknown dijo...

Kena te admiro mucho. Y mostrar está fotos de Ana González se me aprieta el corazón. Pero creo que hay un pequeño error dice Clauidio Bravo pianista.
Claudio Bravo es futbolista
Roberto Bravo es pianista
Hermosas fotos y me encantas. Un abrazo.